Redacción Panamericana
Anahí de Cárdenas, contó que volvió a aplicarse triptorelina como parte de su tratamiento hormonal preventivo contra el cáncer de mama.
Anahí de Cárdenas volvió a hablar con sinceridad sobre su salud y el proceso médico que enfrenta. En un video publicado en sus redes sociales, la actriz y cantante peruana reveló que retomó el uso de triptorelina. Se trataría de una inyección que bloquea temporalmente la función ovárica y que forma parte de su tratamiento preventivo contra el cáncer de mama.
Anahí de Cárdenas comparte su proceso de salud
La intérprete de 42 años, reconocida por su actitud positiva y su cercanía con otras mujeres que atraviesan esta enfermedad, explicó que esta etapa ha sido emocionalmente retadora.
“He estado medio “bajoneta” estos días. He retomado mi triptorelina, inyección que duerme los ovarios como prevención para el cáncer de mama, que emocionalmente me bajonea bastante”, escribió en su cuenta de Instagram.
El anuncio de Anahí llega poco después de que expresara su apoyo público a la actriz Natalia Salas, quien reveló estar enfrentando nuevamente un diagnóstico de cáncer. Su mensaje fue recibido con muestras de cariño y admiración por parte de sus seguidores, quienes destacan su fortaleza y autenticidad al compartir su proceso.
Retomando el tratamiento de prevención
La actríz también explicó que la decisión de retomar el tratamiento responde a una recomendación médica que había postergado tras el nacimiento de su hijo. “Es lo que toca hasta que decida salir embarazada de nuevo”, señaló, dejando claro que se trata de una medida preventiva y no de una recaída.
El tratamiento con triptorelina suele durar entre cinco y diez años, dependiendo del caso. En el suyo, la actriz ya había completado cuatro años antes de pausar el proceso por su embarazo, por lo que ahora busca concluir el periodo restante.
“Estoy bien, no tengo nada, es solo parte de mi tratamiento de siempre”, precisó, intentando tranquilizar a quienes se mostraron preocupados por su mensaje.
Anahí de Cárdenas demostró una vez más su valentía al compartir con honestidad los altibajos de su camino médico. Aunque reconoció sentirse emocionalmente afectada, reiteró
que su tratamiento es una medida preventiva que forma parte de su compromiso con su salud. Su mensaje no solo refleja resiliencia, sino también un gesto de empatía hacia otras mujeres que enfrentan procesos similares.
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